Pammukale, Turquía
Hace unos años me tropecé con una foto de este lugar surrealista, blanco como el azúcar y de apariencia extraterrestre. ¿Dónde en el mundo es esto?, me pregunté.
Pammukale, Turquía fue la respuesta, y desde entonces he planeado llegar hasta allí. Finalmente, hace poco, viajé hasta este remoto y fenomenal lugar. Su nombre, Pammukale, que en turco significa «Castillo de Algodón”, fue lo primero que tuve que aprenderme.
Luego, conocería que aquellas magníficas piscinas imposiblemente blancas, repletas de agua color turquesa, no eran de hielo y menos de algodón, sino de calcio.
Para visitar Pammukale volé de Estambul a Denizli ubicada a 50 minutos de este pequeño pueblo en la zona central de Turquía, famoso por sus aguas termales y sus aparentes beneficios terapéuticos.

Pammukale es tan blanco y reluce tanto bajo el sol, que podía verlo a millas de distancia. Cuando finalmente llegas hasta este lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, parece que estás ante una catarata congelada.

Ya allí, los ojos no te dan para verlo, ni las piernas para recorrerlo piscina arriba y piscina abajo. Es una maravilla natural y ninguna cantidad de fotos es suficiente o le hace justicia. Así que carga tus baterías, porque las vas a necesitar.

La experiencia confunde los sentidos: tus ojos ven nieve, pero tus pies sienten calor. Y aquello de caminar descalzo, mientras el agua cálida corre entre tus pies, es super divertido y te devuelve a la niñez. No temas caerte, la piedra es rugosa y te mantendrá en pie.

Con mi guía aprendí que aquellas Piscinas Travertinas, medialunas de aguas termales poco profundas, habían sido formadas por el alto contenido de bicarbonato de calcio, pequeñas cantidades de material radiactivo y otros minerales que bajan por el acuífero.

Su fenomenal combinación mineral causa que una gruesa capa de piedra caliza y travertino cubra la ladera de esta montaña con admirables terrazas escalonadas, creando increíbles piscinas termales petrificadas.

Claro que esta maravilla natural no se creó de la noche a la mañana. Pammukale es producto de siglos de terremotos y erupciones que dieron paso a las aguas termales que, aún hoy, lo alimentan con su extraordinaria carga mineral.

Al conquistar Pammukale y descubrir sus aguas termales, los romanos decidieron construir una ciudad en el tope de la montaña a la que llamaron Hierápolis, donde muchos nobles y ricos comenzaron a llegar en busca del beneficio de sus aguas milagrosas.

Les confieso que, previo a mi visita, me imaginé sumergida, bañándome en estas magníficas piscinas termales, mientras disfrutaba las frescas temperaturas de la zona. Por eso, lo primero que empaqué para este viaje fue el traje de baño, pero como dicen, el hombre propone y Dios se ríe de tus planes.

Algo inusual para la temporada, aquella mañana, de repente, se nubló, bajó la temperatura y se desató un viento frío que me espantó cualquier deseo de echarme al agua, aún cuando estaba deliciosamente caliente. Huyendo de aquel vendaval, me fui a conocer las ruinas de la antigua Hierápolis donde la temperatura estaba mucho más agradable..

De manera que fuí hasta el lejano Pammukale y no me sumergí en sus aguas termales. ¡Qué tragedia!.. ¡Y qué buen pretexto para regresar! Y estén seguros, amigos, que ésta trotamundos volverá, con su bikini y con mucha mejor suerte.


Cómo Llegar
Tienes dos opciones: una económica, y otra más conveniente. Muchos turistas llegan en excursiones de mediodía desde Estambul, Kusadasi y Esmirna, pero para ello tienen que viajar muchas horas en autobús.

Por otro lado viajar en avión hasta Denizli y en auto a Pammukale es más rápido, aunque más costoso. Cualquiera que prefieras, lo importante es que no dejes pasar la oportunidad de visitarlo, pues vale la pena.

Cuándo ir
Las temperaturas son altas en verano en Pammukale, y con sus aguas calientes y su sol ardiente, no querrás estar por ahí en esa temporada. Primavera (abril y mitad de junio), con sus temperaturas frescas, poca lluvia y días largos, es la temporada ideal. Otoño (mitad de septiembre a octubre) es también agradable, aunque los días son más cortos y puede llover.


Cuánto tiempo estar
Lo ideal es quedarse al menos una noche. De esa forma tendrás tiempo de disfrutar las atracciones sin prisas y podrás tomar fotos cuando los turistas, que vienen en excursión de mediodía, no han llegado o ya se han ido. ¡Los atardeceres aquí son de infarto!


Dónde Hospedarse
Desde hoteles de lujo hasta pensiones y hostales, Pammukale tiene hospederías para todo presupuesto. Como solo me pude quedar en uno, y la experiencia fue muy agradable, es el que les puedo recomendar.
Doga Hotel.
Esta joya de hotel es tan inesperada como Pammukale en el paisaje. Pareciera como si se le hubiera escapado a una metrópolis y se hubiera escondido en este pequeño pueblo. En fin, que está fenomenal. Tiene una gigantesca piscina cubierta y una impactante piscina de aguas termales. Las habitaciones son hermosas y sus baños modernos y funcionales. Incluye además sauna, baño turco y gimnasio.



- Lleva una mochila para guardar tu ropa y zapatos. Las Piscinas Travertinas se tienen que caminar descalzos, pero luego necesitarás tu calzado para recorrer Hierapolis.
- Llega temprano para captar fotos libres de turistas (los grupos llegan cerca del mediodía) o regresa en la tarde para captar un glorioso atardecer sobre las aguas de las piscinas fosilizadas.
- El boleto a las Piscinas Travertinas (21 liras turcas) también incluye la visita a Hierapolis. No dejes de verla. Si deseas bañarte entre las ruinas de columnas romanas en la Piscina de Cleopatra.podrás hacerlo por 16 liras turcas adicionales.
- No olvides llevar protección solar y sombrero. El blanco de los travertinos magnifica la luz solar por lo que te conviene protegerte por cada ángulo.