París, Francia
Con tan poco tiempo y tantos lugares por ver a través del mundo, ¿por qué repetir destinos? Más, cuando se trata de París, tengo que admitirlo: ¡soy reincidente, en serie!
Ahhh…París, cest magnifique! Si no comprendes por qué tanta gente vive fascinada con París es porque aún no la has visitado.
Hazte un favor y ven. ¡Es justo y necesario! De hecho, si sólo pudieras viajar a un lugar en tu vida debería ser aquí. Te explicaré por qué.
Mi romance con París comenzó hace unas décadas y desde entonces la he visitado más veces de las que me conviene publicar. Casi raya en la adicción, lo confieso, pero es una condición de la que no me quiero recuperar.

La magia de París es que nunca terminas de conocerla. Sus 20 vecindarios o “arrindosements” compiten por conquistarte con una oferta de arte, historia, tiendas y restaurantes que no es justo comparar con ninguna otra ciudad.

Pero más allá de su fascinante historia y su imponente arquitectura, es el efecto que París tiene en ti, lo que lo hace viajar allí, especialmente valioso. París tiene el poder de transformarte.

Desde que pisas París te reconectas con tus sentidos y con tu artista escondido. Ese que ama la belleza y el balance en la vida. Sin ser de París, grandes como Dalí, Picasso, Van Gogh y Hemingway, buscaron inspiración aquí, ¿por qué no haces lo mismo?

Para entrar en órbita con París, no hay nada mejor que sentarse en un café al aire libre a ver la vida pasar. Mientras te tomas un café acompañado de un croissant con “le beurre” (mantequilla) observa los delgados parisinos caminando a todas partes cargando su omnipresente baguette.

¿No te parece gracioso que los americanos trabajemos todo un año para venir a ver cómo viven los europeos todos los días?

El parisino descubrió hace tiempo lo que aún a muchos nos cuesta entender: se trabaja para vivir, no se vive para trabajar. De hecho, en París el “workalholic” no está bien visto.
Hasta hace unos años París era la ciudad más chic del mundo, de ella aprendimos de moda y cafés al aire libre. Ahora todas las grandes ciudades del mundo tienen lo mismo, aún así, hay algo acerca de Paris que nunca se le podrá copiar. Ese “je ne sais quoi”.
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En París todo conspira para enamorarte y sientes que el arte y la belleza te acechan con cada paso. Pareciera como si los franceses fueran incapaces de hacer algo poco estético.

Mis vecindarios favoritos en París son el Marais, el St. Germain y el legendario Montmartre. Cuando vengas hazte el propósito de perderte en sus laberintosas calles cargadas de historia. Y disfruta de sus pulgueros y artistas callejeros.


París inventó la moda y aquí ahí moda para todos los presupuestos. Desde las más exclusivas tiendas de Rue du Faubourg Saint-Honoré y Rue Royale hasta las tienditas de Las Halles y Valleé Village Shopping Outlet.

De manera que si alguna vez te has preguntado si vale la pena visitar Paris, la respuesta es sí y absolutamente sí.

¿Tienes gusto de champagne y presupuesto de cerveza? No permitas que tu bolsillo interfiera con tu “affaire” con París, lee mi blog “Cómo disfrutar un París económico” y conoce las muchas ofertas gratuitas en la Ciudad Luz.


- No es necesario ser un experto en historia para disfrutar de esta ciudad maravillosa, pero un repaso volador hará que lo disfrutes a la quinta potencia. ¿Dónde fue qué ejecutaron a María Antonieta?