Islandia
¿Pero, qué se puede hacer en una remota isla ártica como Islandia? La respuesta: demasiado, para un solo viaje.
Viajar frecuentemente puede tener sus desventajas. Llega un punto en que tu capacidad de asombro se adormece y muchos destinos comienzan a lucir similares. Islandia es una brillante excepción. El “país más joven del mundo” continúa en construcción, lo que garantiza un espectáculo natural inigualable.
Helada pero volcánica, “Iceland” es un país de fascinantes contradicciones que ofrece más de lo que un feroz viajero puede absorber en una sola visita. El reto en Islandia no es cómo matas el tiempo sino cómo haces tiempo para todo lo que esta diversa isla tiene para ofrecerte.
Trotamundos te ha preparado una lista de los lugares que no te puedes perder cuando visites la “Tierra de hielo y fuego”.
Visita Hallgrímskirkja

Parece una nave espacial, pero en realidad, este enigmático edificio es la iglesia luterana Hallgrímskirkja, el edificio más alto de Reykjavik y la parroquia más grande de toda Islandia. Es un punto de referencia pues, no importa donde estés, en la capital puedes orientarte con sólo mirar su alta cúpula. Sube las escaleras hacia el observatorio y podrás tener vistas de todo Reykjavik.
Disfruta del duelo de cascadas
En Islandia hay tantas cascadas que es casi imposible contarlas. Te sorprenderán a lo largo de la carretera y creerás haber visto la más bella hasta que la próxima te enamore aún más. ¡Es un auténtico concurso de belleza!
Gullfoss

Visitar una cascada siempre es impresionante, visitar una doble cascada como Gullfoss es otro nivel. La llamada “Cascada Dorada” es un monumento natural espectacular en el que su caudaloso salto de agua pareciera que se sumerge en las entrañas de la tierra. Disfrútala desde varios ángulos y creerás que estás viendo una cascada distinta.
Skógafoss

Si las cascadas tuvieran sexo, Skogafoss sería macho, viril y fogoso. Algo así es lo que transmite la fuerza indomable de su torrente de agua, de 25 metros de ancho cayendo desde una altura de 60 metros. Eso es hasta que aparece un arco iris y suaviza toda esa ferocidad para que tu foto quede perfecta. Sube las escaleras y mira desde arriba su poderosa caída, así como las decenas de pequeñas cascadas que la anteceden.
Seljalandsfoss

¿De niño te preguntabas qué habría detrás de una cascada? En Seljalandsfoss puedes disfrutar de esa experiencia. El gran salto de agua de 65 metros de altura es extremadamente popular, por lo que te conviene llegar temprano para disfrutarlo sin competencia.

No olvides llevarte un impermeable porque la rociada te la llevas… ¡Garantizada!
Maravíllate en Thingvellir

¿Sabías que Islandia está ubicada sobre dos placas tectónicas terrestres? Cuando visites el parque nacional de Thingvellir podrás apreciar las fracturas que ha producido esta separación que continúa avanzando 1 cm al año en ambas direcciones. Aquí puedes pararte entre Norteamérica y Euroasia sin necesidad de mojarte.
Thingvellir tiene además un gran valor histórico para los islandeses pues antiguamente este era el lugar donde se reunían los “lords” de los 13 reinos a gobernar el país, razón por la que se le conoce como “La explanada del Parlamento”. Mientras estés aquí puedes hacer snorkeling en medio de la fisura de Silfra y ver la separación continental desde las profundidades.
Llega (si puedes) al avión abandonado

Encontrar el avión abandonado en Sólheimasandur se ha convertido en el reto de los “turistas anti-trampas turísticas” en Islandia. Se trata de un avión militar estadounidense que se estrelló en 1973 en una playa de arena volcánica y del que solo queda su fantasmagórico caparazón.

Es un destino para el que no hay letreros ni mapas pero al que incluso así llegan centenares de (extenuados) visitantes a diario. Luego de una hora de caminata, dependiendo de la dirección del viento helado, llegar a tomarte una foto aquí es un genuino trofeo.
Sorpréndete en Géysir

Seguro has escuchado de los géiseres, esos chorros de agua caliente y vapor que la intempestiva madre naturaleza dispara caprichosamente hacia el cielo. Pues bien, en el pueblo de Geysir (que presta el nombre a este fenómeno) puedes visitar el hiperactivo géiser Strokkur y apreciar su espectáculo natural… ¡Cuidado! El agua que sale del géiser está aproximadamente a 100 ºC.
Escala glaciares

Si amas el senderismo, te encantará hacer una excursión sobre el glaciar Vatnajökull. Caminarás con crampones sobre la empinada montaña de hielo mientras disfrutas de alucinantes vistas del glaciar más grande de Europa. Créeme que después de ese recorrido bajarás a tierra sintiéndote invencible.
Conoce la laguna de icebergs de Jökulsárlón

Este fue uno de mis lugares favoritos en mi visita a Islandia. La laguna de glaciares de Jökulsárlón es simplemente surreal. Puedes hacer un paseo a bordo de un barco anfibio o una balsa de goma rígida, y así navegar de cerca entre los icebergs y avistar alguna foca o morsa tomando la siesta.
Dale un vistazo al potente Eyjafjallajökull

¿Recuerdas que hace unos años un volcán paralizó con sus cenizas el tráfico aéreo? Aquí lo tienes, muy dormidito y arropado de nieve. No dejes de entrar a su centro de visitantes donde podrás ver una interesante exhibición sobre este volcán y la histórica erupción que terminó por aumentar el tamaño de Islandia.
Adéntrate en las cuevas de hielo

¿Te atreves a entrar a una cueva de hielo? A principios de cada invierno guías especializados recorren los glaciares en busca de nuevas cuevas. Una vez adentro, la experiencia es maravillosa… Una gruesa capa de hielo que se formó hace miles de años atrás te separa de la luz exterior que te ilumina… ¡Ojo! Como ves, no es apto para claustrofóbicos.
Asómbrate en la playa de témpanos Jökulsárlón

Lo siento, no lo pude evitar..El entorno me contagió, no sé que sentimiento vikingo y tuve que ponerme el casco de cuernos. Digo, pónganse en mi lugar: témpanos de hielo varados sobre una playa de arena negra con un trasfondo de picos nevados…? Sólo falta que Olafo entre a escena. Ojo! Por increíble que parezca esta foto no es un foto montaje…
Enamórate de la Playa Negra

Cuando piensas en playas bellas, no imaginas una playa negra, sin embargo Reynisfjara te hechizará con sus rara belleza. Enmarcada entre grandes acantilados, y enormes columnas de basalto la pequeña playa ofrece vistas del arco de Dyrholaey y los tres troles sumergidos en el mar.
Trata de capturar la Aurora Boreal

Ok, no es un lugar, pues puede aparecer en cualquier sitio, pero tenía que estar en esta lista, sí o sí. Una cosa es decir: “Voy a Islandia para ver la Aurora Boreal”; otra diferente es: “Estuve en Islandia y saqué tremenda foto con la Aurora Boreal”. Resulta que la chica Borealis es impredecible y escurridiza. ¿Verla? Sí, puedes llegar a verla… ¿Captarla en cámara? Eso requiere una modelo menos inquieta que yo.
Sumérgete en la Laguna Azul

Algunos pueden pensar que es demasiado turístico pero no te resistas, al final, no te puedes ir de Islandia sin visitarla. La Laguna Azul es toda una experiencia sensorial de frío, calor y placer. Sus aguas ricas en minerales son famosas por sus aparentes beneficios. ¡Ojo! Sus aguas son fabulosas para la piel pero terribles para el pelo. Recógete el cabello y evita mojarlo a toda costa. Ese error me costó tener el pelo como un troll por semanas… ¡Menos mal que ocurrió al final del viaje!
* Esta fascinante excursión la programé a través de Hectours con guías calificados y que también hablaban español.
* El trekking sobre el glaciar y la excursión a las cuevas de hielo lo realicé a través de Glacier Guides, quienes tienen personal especializado en senderismo sobre hielo.