Desde vecinos fogosos hasta chinches cinco estrellas, este año, viví de todo hospedándome en habitaciones de hotel a través del mundo.
Siempre lo he dicho, conseguir buenas habitaciones de hotel puede ser la diferencia entre un viaje glorioso o uno infernal. Estas son algunas de las lecciones que aprendí alojándome en habitaciones de hotel durante mi primer año como trotamundos!
Las fotos que verás a continuación son sólo para efectos ilustrativos y NO corresponden a los relatos.
ESTUDIAR LOS REVIEWS ASTUTAMENTE

INDAGAR EN LAS OFERTAS

He descubierto que en ocasiones los hoteles tienen ofertas especiales de habitaciones que te convienen más que las que ofrecen las plataformas de búsqueda. No es así siempre, ni en todo los hoteles, por eso, una vez escojas tu hotel favorito, te recomiendo que lo contactes a través de su website y averigua qué tarifas o paquetes especiales están ofreciendo y si te convienen mejor que lo que ya tenías a mano.
ANTICIPAR POTENCIALES PROBLEMAS

Luego de varias estadías frustrantes, con vistas interrumpidas por una grúa, ruidos de construcción o falta de acceso a un gimnasio o piscina por estar en labores de mejoras he aprendido a anticipar estas pesadillas. Una vez escojo el hotel donde deseo reservar, contacto la hospedería y pregunto si hay alguna remodelación en el edificio o construcción en las cercanías durante las fechas de mi visita; si la habitación queda cerca del ascensor y su timbre, o debajo de la discoteca y su palpitante música. Si lo haces a través de correo electrónico mejor, pues su respuesta quedará registrada y podrías utilizarla de ser necesaria una reclamación.
TOMAR CONTROL DE LA HIGIENE

Adoro ese momento mágico en que entras a esas habitaciones de hotel por primera vez, pero he aprendido a inmediatamente después concentrarme en la limpieza. Si la habitación me parece sospechosa pido que me cambien las sabanas. En una ocasión me hospedé por una noche en un hotel cinco estrellas en la ciudad de NY y amanecí con unas extrañas picaduras ( la foto de ese hotel NO aparecen en este artículo) a mi salida lo reporté a la gerencia, quienes me indicaron que examinarían las sábanas y si encontraban algo me devolverían el dinero. Tres días después el pago estaba depositado en mi cuenta. Desde entonces compré un aparato para detectar estos compañeros de cama secretos y no dejo de vestir mis pijamas.
Adicionalmente, cargo con toallitas antibacteriales y limpio antes de usarlo, ese centro de acopio de gérmenes que es el control remoto del televisor. No hay nada peor que enfermarse durante un viaje, más aún si estás trabajando.
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SI ALGO NO ESTÁ BIEN, HAY QUE DEJARLO SABER

He transformado una mala experiencia, como que me hayan dado una habitación diferente a la reservada en un «upgrade» o que se tarden demasiado con mi «room service» en un una bandeja de cortesía con frutas y quesos, todo con dejar saber que no estoy satisfecha con lo ocurrido. No amenaces a los empleados con un mal review, es contraproducente. De todos modos, los hoteles saben que un huésped disgustado puede causarle miles en pérdidas y los evitan como el diablo a la cruz. No abuses, pero tampoco te quedes con el mal sabor.
HAY QUE SER BUEN VECINO

Este año tuve unas cuantas desveladas de hotel cortesía de mis vecinos de habitación, demasiado enfiestados, demasiado enojados, y otros demasiado apasionados como para darse cuenta de que estaban haciendo mucho ruido. ¿Estarían haciendo una película? Aquello sonaba demasiado profesional y ¡hasta el de seguridad se sonrojó! En fin, aprendí a no tirar la puerta, mis vecinos podrían estar dormidos o al menos intentando dormir.
EL CARIÑO ATRAE EL BUEN SERVICIO

¿Quieres atención personal? Da atención personal. Llamar a los empleados por su nombre, hacerle preguntas, dejarle saber mis planes ha enriquecido mis viajes grandemente este año. Y es que con tantos huéspedes autómatas que entran y salen de un hotel, es refrescante para estos aparentes «invisibles» que alguien les preste atención. ¡Ponlo en práctica y verás como tu estadía mejora!
No riegues en exceso las habitaciones y antes de irte déjale propina a la mucama. Ayudar así a una persona que seguramente nunca volverás a ver, da buen «travel karma» o good Juju», como prefieras llamarlo. Recompensar su trabajo anónimamente es invertir en que el universo te devuelva extraordinarias experiencias de viaje en el futuro. ¡Feliz estadía!
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