No hay nada más frustrante que estar comprometido con perder peso, haciendo dieta y ejercicio y no ver resultados. O peor, comprobar que en vez de adelgazar estás ganando libras y pulgadas. No corras aun para el refrigerador! Existen enemigos ocultos que podrían estar echando tus esfuerzos por la borda. Revisa esta lista de los usuales culpables de que no estés perdiendo peso. Corrige tu falla y vuelve a la ruta ganadora hacia la figura y salud que deseas .
Comer muy poco
Tu cuerpo se rige por su instinto de conservación y cuando pasas horas sin darle alimento, pensando equivocadamente que asi perderas peso, tu sistema cree que hay escasez y comienza a almacenar lo poco que ingieres en forma de lo que más temes: grasa! Come pequeñas porciones cinco veces al dia y asi tu cuerpo no entrara en pánico de energía.
Hacer demasiado cardio
Hacer “cardio” es bueno para perder peso, pero agotarte en tu maquina favorita no es tan buena idea como parece si deseas quemar grasa. En exceso, este tipo de ejercicio, terminará quemando no tus grasas, si no tus músculos. No olvidemos que entre más músculo más calorías se pierden, aun estando inactivos. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades recomienda 30 minutos de ejercicio cardiovascular diario. Asi que limita tu “cardio” y haz ejercicios de resistencia, los cuales a diferencia del ejercicio aeróbico, continúan quemando calorías mucho después de haber terminado.
Comer de prisa
En este mundo de prisas comer lento es un lujo, pero si quieres perder peso tendrás que reducir la velocidad al masticar. Naturalmente dejamos de comer cuando nos sentimos llenos, pero al cerebro le toma entre 20 a 25 minutos enviar al estomago esa señal de saciedad. Imagina cuántas calorías eres capaz de ingerir si comes rápidamente antes que tu sistema suene la campana de la llenura?
Tomar alcohol
A diferencia de los alimentos, las bebidas alcohólicas no muestran su índice de calorías en sus envases, pero eso no quiere decir que no las tengan! Míralos como lo que son: calorias liquidas. Edúcate sobre el valor calórico de tu bebida favorita! Además del perjuicio calórico, ten en cuenta que el alcohol reduce la capacidad de tu cuerpo para quemar grasas y como si fuera poco, aumenta los niveles de cortisol, que es el responsable de que la grasa se acumule en tu barriga.
No preparar tus comidas anticipadamente
Cuando aparezca esa hambre que nubla tu razonamiento, nada te sacará de tu dieta más rápido que no tener una alternativa saludable de comer a la mano. Para prevenir esa situación prepara tus alimentos, incluyendo los snacks, la noche antes. Empacar las porciones correctas, para todas tus comidas cuando estás fuera de casa, te mantendrá victorioso sobre el mundo de tentaciones que hay allá fuera.
No tomar suficiente agua
Tomar agua ni te engorda, ni te adelgaza, pero cuando tomas agua antes de comer te sientes lleno, y por lo mismo, comes menos. Tomar agua facilita al cuerpo los procesos metabólicos que te ayudan a quemar grasa, eliminar toxinas y construir músculos. ¿No es eso lo que quieres?
No dormir suficiente
Cuando no le das al cuerpo energía mediante el descanso, el te lo reclama por medio de antojos de alimentos ricos en grasa y azúcares, lo que inevitablemente te hará ganar peso. Cuando no duermes tus 8 horas se reduce la hormona que inhibe el hambre y a la vez, aumenta la hormona que estimula el apetito. En resumen: dormir te ayuda a adelgazar. Si tienes dificultades para dormir, suplementos como la valeriana, melatonina, L-teanina, calcio y magnesio te ayudarán a atrapar unas cuantas ovejas.
Estres
Cuando te estresas tu glándula suprarrenal genera la hormona llamada cortisol, la cual te ayuda a reaccionar en situaciones de emergencia pero que también es el responsable de que el cuerpo acumule grasa, especialmente en el área del abdomen. Sabiendo esto, hazte el propósito de controlar tu estres. Los masajes, la meditación, el yoga y el tai chi pueden ayudarte.
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